30/6/20

Palabras chafadas


Hay veces que la cultura popular,
se apropia de las palabras más valiosas.
Anclándolas en un significado.
Corrompiéndolas, tergiversándolas, des-empoderándolas, disminuyendo su potencial, su gracia, desestimando su magia y su prestancia, obnibulándolas, para finalmente alejarlas y terminemos olvidándolas.

Humildad no es un sinónimo de pobreza, esa no es su verdadera naturaleza.
Es un logro a alcanzar, fruto de un trabajo personal. Es una cualidad y por lo tanto no es cuantificable ni calificable. Es producto de la sana autoestima de un alma agradecida que comparte la palabra el pan y la bebida con sus pares, sus iguales. Diversos y geniales. Partes fundamentales de algo mucho mas grande que tu Ego.

Las palabras nunca deben perder su esencia arquetípica, mandálalica, múltiple, multicursal.
No se dejen engañar. No se dejen estafar.

Lo mismo pasa con la palabra EXPRESIONISMO,
vuelta un movimiento artístico alemán, acotada, censurada. presupuestada y empaquetada. Como si fuera una historia pasada…

Prefiero un expresionismo sin lo sensacionalista, el grito en silencio de un artista. Disruptivo. Creativo.
Esa respiración del alma fuera de toda estructura y toda norma. Loco y desatado. Un orate de remate.

Pero en un tiempo y un espacio delimitado. Sin lenguaje, sin anclaje, un paso atrás, en la imago del mago. En la representación interna inconsciente en donde sólo es posible oír en al castillo del Silencio al verdadero Yo, a Sam. Sin el ruido del capital occidental, con el sonido Oriental espiritual. El original.

Volvamos a las raíces, pero aprendiendo de las cicatrices para nunca, nunca olvidar. Rememorar. Consagrar. Celebrar. Y De nuevo: volver a empezar. Volver a intentar. Renovados Reseteados.
Por nosotros mismos, ACEPTADOS.


18/6/20

Parque de emociones


Tu vida es un parque de emociones, no te cuesta expresarlas, son los frutos de todos tus árboles.

Estamos aprendiendo a podarlos, a darles forma, a dirigirlos en la dirección correcta para no lastimar, ni lastimarte.

 Abrirte a la emoción, HOY te lleva al exceso, en un momento donde estamos trabajando la contracción, el entendimiento, cada movimiento y sus efectos.

Para eso se necesita poder callar, observar, bajar un cambio y respirar para finalmente poder pensar antes de actuar. Masticar y aprender sobre la prudencia. Trabajar la paciencia.

Entendiendo que a veces, menos es más, y mucha más es menos. Sin tener que demostrarle a los demás tu valor, sino a vos mismo, para convencerte que realmente podés. Que te lo mereces.

Dejar de boicotearte es aceptarte, es amarte.

Tenés una tendencia natural a buscar el foco de atención, pero es momento de bajar el telón del show,  de volver al camarín, dejar al personaje descansar. Quitarte la máscara.
De transformar la larva en mariposa. 

DETENTE. Escúcha el silencio un segundo. Continúa.



12/6/20

Devenir del ser


Decir yo soy, cristaliza.
Algo que ya es, ya está terminado.

No somos nada.

En toda caso podríamos decir que hemos sido de determinada forma o que nos hemos equivocado en algo puntual.

El trabajo sobre el el ser y la búsqueda de perfeccionamiento es un trabajo del primero al último día, cuando se terminan las chances de mejor.

No eres tonto, solo has cometido unas cuantas tonterías.

Aprénder de tus errores, es hacerte los honores, cuando se convierten en loores.




8/6/20

El arte de escuhar.

 
Un buen psicólogo hace que podamos solos, justamente, en un espacio tiempo donde se pueda desenrollar el contenido mental, y emocional, sin miedo a que se embrollen.

 Justamente para empezar a poner cada cosa en su lugar. Un yo auxiliar que refleje y nos entienda empáticamente. Mente con mente.

 Un yo que contemple sin juzgar dibujando con el escuchar. Conocerse y concientizar los puntos ciegos que esconde el inconsciente insistente.

 Un buen psicólogo es un ordenador, visibilizador de los patrones repetitivos que no tienden al infinito y cuyo eco resuene en lo más profundo de tu alma, por algo que vos mismo dijiste.

 Una escucha diferente, generadora de suspiros, de un respiro. Para salir y volverlo a intentar. Mirando por dónde pisar para no volver a resbalar.

Archivo del blog