8/11/23

enajenade

 

Cuando las obsesiones e Impulsiones van tomando todas la decisiones y los pensamientos automáticos van conviertiendose en acciones, que seguramente te perjudiquen a ti misma, quizás sea momento de dejar de acudir a esos llamados, de intentar poner límites, de contraerte. Al menos por ahora.

 Los momentos de turbulencia, de inestabilidad, de desorden y de caos emocional, no son momentos para tomar decisiones.

 No se trata de una cuestión de cantidad, sino de calidad, de caridad, pero con uno mismo. Tener cariño y amor propio.

 Si pretendemos que el mundo y sus habitantes nos aprecien, de manera sana, sin dar lastima, primero deberemos respetarnos a nosotros mismos. Valorarnos.

 Aprender a decir no, es cuidarse y aceptar cuando me dicen que No, también lo es.
A uno mismo y al prójimo.

 No podemos obligar a los demás a que cumplan con nuestros caprichos, nada que sea forzado, es bienaventurado. Si tiene que forzarlo, no es de tu talle. Aplica para amores y para pantalones.

 A veces lo que deseamos o lo queremos, no es lo que necesitamos, aunque llene por un ratito el vacío, aunque calme el dolor un instante o entregue un momento de descarga o de placer, aunque te haga estremecer, si el costo es mucho más alto que las ganancias, no estamos haciendo un buen negocio al menos en estas instancias.

 ¿Cuáles son los pro y cuáles son las contras de exponerse, de corroerse? Allí no está lo que estas buscando, no hay cariño, no hay abrazos, no hay amor. Hay abusos, hay convenienzas, hay estupor, hay
confusión y descontrol,  es solo una distracción y nada tiene que ver con tu misión.

 Es momento de generar un cambio.
Los viejos modelo de comportamiento, al día de hoy ya no funcionan más, quedaron obsoletos ante los nuevos desafíos de la vida, las responsabilidades sobre uno mismo y los que queremos.

 Es momento de crecer y no será fácil, de poner la frente en alto, de poder mirar a los demás a los ojos con la sensación de que estamos en el camino correcto, de que estamos en paz.

 Cuando tenemos la carne al rojo vivo y todo nos afecta, nos desestabiliza, es cuando más hay que cuidarse, dejar de exponerse y guardarse, hasta volver a sanarse, estabilizarse.

 La terquedad, no va más. Limpiemos nuestras orejas, escuchemos a quienes nos quieren, no neguemos y aceptemos, reconozcamos que nos equivocamos y de una buena vez, aprendamos.

Archivo del blog