Bienvenido al mundo colectivo, suba y pase al fondo por favor.
Cuando se rompe el cristal cuyas láminas invisibles e impalpables
se doblegan ante la presión, producida por una fuerte emoción,
seguido de un pequeño comezón que estremece tu corazón,
uno tiende a perder la razón.
Una grieta en forma de estrella se dilata hasta el resquebrajamiento,
hasta retumbar en la cabeza, generando extrañeza o desazón,
hasta que que al llegar al labio se convierte en un salado amargor.
El derrumbe puede darse Por diferentes mareas.
Con los humores sensibilizados,
Se multiplica la emoción y se divide la reacción
del dilatado corazón.
Seas cazador, o seas recolector
Un buen susto, una ilusión, o una decepción,
soplarán tu alma junto con el río, allí,
en donde aparece un escalofrío.
Palabras acumuladas, palabras que quedaron estancadas,
un te quiero sin decir, puede ser un eterno sufrir,
por no saber compartir.
Por endurecerse y a uno mismo mentir.
Entonces se desagota la represa de la represión,
se desahogan las palabras en comunión...
Sublimar y transformar es lo único que nos puede ayudar
a calmar la fuerza del mar y el ave Fénix, aprende a nadar.
Una carta a quien ahora no ha de escuchar...
una frase, una palabra, que convierte los abra cadabras
en patas de cabra.
Bañero de lagrimas, el oleaje puede venir de diferentes maneras,
con diferentes banderas.
Algunos ponen valla como la represión,
unos surfean, otros se marean.
Pero una vez que los cristales se han lavado,
todo se ve más claro. Vemos quién está a nuestro lado,
quien nos ha tomado de la mano.
Después que la tormenta a pasado, el arcoiris,
siempre sale de tu lado, hoy puede ser un día soleado,
si lo expresas, o simplemente rezas.
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